El 6 de noviembre de este año mis mellizos durmieron dos noches seguidas. Despertarme después de poder dormir dos noches del tirón tuvo dos consecuencias: Estaba agarrotado de estar tantas horas en la misma posición y podía pensar con mucha más claridad, como le dije a una amiga: «podía escuchar los colores», y creo que esa sensación resume 2025 bastante bien.
2024 fue un año de aprendizaje, de pocas horas de sueño y sobre todo de supervivencia, fue aprender a ser padre (sigo aprendiendo, pero a otro ritmo), re-aprender a conciliar, y aprender a trabajar con el cerebro en capacidad reducida.
Aunque llegamos al 31 de diciembre vivos y sanos, el año se llevó por delante mucha energía, y aunque fue un momento relevante para mí porque cumplía 20 años haciendo software, no tuve tiempo ni fuerzas para hacer un resumen, lo que nos lleva a 2025.
Este año ha sido diferente en muchos sentidos, esta vez tengo energía, ganas y cosas que contar, así que en este artículo me gustaría compartir contigo cuatro áreas que han marcado mi 2025 y cómo se presenta 2026.
De maratones de análisis a sprints de entregas
Mi último año de Kindle fue una carrera de fondo, mucho análisis, pruebas de concepto, reuniones, explicaciones, métricas, debates y todo lo que se supone que un Senior Engineer hace la mayor parte del tiempo, y trajo muchas lecciones aprendidas, pero también trajo la necesidad de cambiar.
En Marzo decidí unirme a un nuevo equipo en Books Enterprise, y el cambio de ritmo fue tan drástico como intencional, y mi plan para mis primeros 90 días se quedó en un único punto, un entregable a finales de Junio.
En esos 4 meses, con ayuda de los compañeros que se iban incorporando, pude aprender el contexto para proporcionar el liderazgo técnico que se me exigía, pero también mandar Code Reviews en Java y TypeScript y revisar el código de los compañeros, sintiéndome menos «el Senior del equipo» y más «en prácticas de la carrera».
Este proceso fue acelerado por los LLMs, y de esto hablaremos más tarde, pero la cultura del equipo y el trabajar con entregas más pequeñas (y sobre todo un equipo de producto dispuesto a cortar características) nos ha permitido entregar mucho, muy rápido.
Personalmente, me he sentido mucho más cómodo en este entorno, y aunque es un poco más frenético, estoy feliz, así que veo 2026 con ilusión y ganas, nuevos proyectos y nuevos retos sin la presión de aprender el nuevo contexto.
Un mundo nuevo y un foco distinto
Si algo ha marcado para mi este año es mi relación con los LLMs, desde el escepticismo inicial hasta encontrar la energía para no parar de escribir mucho sobre el tema. La serie de LLMs acaba el año con 9 artículos y tengo muchas cosas aún de las que hablar (agentes, MCPs, anotaciones y más), y desde luego no pensé que 20 años después estaría replantándome mi relación con el desarrollo de software de una manera tan radical.
Mi trabajo ha cambiado radicalmente, y ahora paso mucho más tiempo discutiendo con agentes, haciendo planes, revisando código y asegurándome que lo que hacemos es consistente con el código que ya está escrito. Poco a poco me estoy convenciendo que este es el futuro, siempre y cuando tengamos claridad de que lo que hace el LLM funciona realmente, como mencionaba Simon Willison en este artículo.
Por ello mi foco se ha movido un poco más al equipo, sobre todo a cómo ayudar a que las personas que están empezando sus carreras profesionales con estas herramientas puedan hacer un mejor uso de ellas y cómo desarrollar la intuición que es el resultado de muchos años de escribir código con poca o ninguna ayuda. Esto es algo en lo que estoy dedicando mucho tiempo y discusiones con otros ingenieros y managers.
En este aspecto veo 2026 como un año de evolución, no de revolución como 2025, un año de aprendizaje, de prueba y error, de ver cómo algunas cosas que he escrito este año dejan de ser relevantes y cómo otras empiezan a formar parte de mi día a día.
Dinámicas nuevas
Este año Patri, mi pareja de más de 18 años se ha aventurado a montar una tienda, y es un proyecto que ha traído mucha ilusión a toda la familia (como he hablado en los sueños también se tejen) y que ha traído conversaciones sobre madejas, ovillos, proveedores y paquetes que vienen de Corea o Alemania, a nuestros desayunos.
En la práctica implica nuevas dinámicas, ajustar horarios de manera que funcione para todos, especialmente para los peques. En caso de Patri implica abrir solamente por las mañanas, y en el mío implica ajustar mi disponibilidad, y tener un horario flexible (y sobre todo un equipo comprensivo) ayuda muchísimo.
A raíz de nuevas dinámicas, desde verano estoy siendo mucho más minimalista en lo que respecta a mi productividad y la gestión de tareas, y eso también ha traído cambios en cómo trabajo, en cómo gestiono mi lista de tareas y sobre todo en cómo organizo la cantidad de información que me llega.
En septiembre de 2026 nos convertiremos en padres «de cole». Es un paso muy emocionante como padres y también será un reto logístico: diferentes tiempos, diferentes disponibilidades y nuevos mecanismos pero un objetivo común, encontrar un equilibrio que funcione para todos, sabiendo que cometeremos muchos errores por el camino.
De 50 km a 5
Las estadísticas de Strava no mienten, en 2025 pasé de correr 50 km, que ya de por sí era una distancia baja en comparación con otros años, a correr tan solo 5 y ninguna carrera. Esto no ha sido casualidad, sino que ha sido una decisión meditada; en un año con tanta intensidad he tenido que dejar algo de lado, y ha sido correr.
Para 2026 quiero revertir esta tendencia, dedicar más tiempo a que me dé el aire y hacer kilómetros, que ha sido algo muy beneficioso para mí a lo largo de los años, tanto física como emocionalmente. Esto significa sacar tiempo en el calendario, organizarme con el trabajo y la familia, y será otro reto a asumir como grupo.
Más allá del horizonte
2025 ha sido un año de cambios, cambio de ritmo, cambio de relación con la tecnología, y cambio de dinámicas familiares, y cierro el año con mucha curiosidad por ver cómo cambiará mi vida en 2026, cómo seguirá cambiando mi relación con el trabajo, las responsabilidades familiares y el deporte, sin perder la perspectiva de que algo tendré que dejar de lado.
Hace tiempo escuché la frase «esto también pasará», y vuelvo a esa frase una y otra vez. 2024 fue un año muy difícil, y pasó. 2025 fue un año muy intenso y también ha pasado. Con esa idea en mente, 2026 también pasará, y con la vista más allá del horizonte seguiré aprendiendo, adaptándome a los cambios, escribiendo sobre mis experiencias y esta vez, conquistando las calles una vez más.
Ha sido un privilegio volver a estar activo en el blog este año y compartir este nuevo mundo desde la claridad que aporta dormir un poco más. Vamos a por 2026.

Deja un comentario