Desde hace ya unos años se oye mucho a los grandes proveedores de plataforma hablar sobre la nube, que si la nube pública, la privada, platform as a service. Yo sinceramente tenía un poco de lío con tanto término, así que le pedí a Javier Albert (@jalberts), amigo IT, que me lo explicara. Me quedé tan impresionado con la facilidad de la descripción que sentí la necesidad de escribirlo.
En este artículo se verá la evolución de los servicios IT desde un servidor simple hasta una completa infraestructura virtualizada usando el ejemplo de la nube privada.
Un servidor
En una empresa todo empieza por un servidor, ese gestionaba habitualmente el portal corporativo, los ficheros compartidos, las cuentas de correo, etc.. La ventaja es que era un buen sitio para empezar, e incurría en poco gasto. La desventaja era que todo el servicio estaba en un solo ordenador, con lo cual la capacidad se podía quedar corta para momentos de picos, además del problema de seguridad de tener todo en el mismo equipo, que unos servicios accedieran a recursos de otros no era nada deseable.
Varios servidores
El siguiente paso lógico era comprar varias máquinas, lo que permitía ahora tener cada servicio en un ordenador diferente, logrando especialización de los ordenadores, uno dedicado al portal, otro al correo, y así sucesivamente. El resultado final era tener un CPD (Centro de procesamiento de datos, también conocido como sala de servidores) lleno de máquinas donde algunas estaban a tope de capacidad y otras, se quedaban bastante infrautilizadas.
Virtualización, ese concepto
Entonces llegaron las soluciones de virtualización de mano de Microsoft y VMWare, que, mediante un soporte de hardware, permitían que un sistema operativo pudiera ejecutar de manera virtual, varias copias de otros sistemas de otros fabricantes, lo que permitía tener en un solo servidor físico, varios servidores virtuales, con el consecuente ahorro de costes en cuanto a infraestructura. El problema era que seguía siendo una sola máquina, y agregar una segunda suponía empezar a duplicar máquinas, los sistemas carecían de redundancia, además de que el proceso de migración a una nueva máquina era muy costoso en cuanto a tiempo.
Y entonces llegó la nube
Estos pasos nos llevan a la situación actual, que es la nube. En este caso se evoluciona de software virtualizado sobre hardware fijo, a software virtualizado sobre hardware variable. Esto implica que una infraestructura de nube privada gestiona todos los recursos de todos los ordenadores de la red como si se tratara de un único host, lo que permite tener acceso a una mayor cantidad de recursos, y lo más importante, poder asignar recursos de manera temporal a servicios que más lo requieran (por ejemplo, subir de RAM y disco duro el servicio de contabilidad al cierre del trimestre fiscal). Esto permite además mantener redundancia entre la información disponible en los equipos físicos, lo que permite en caso de fallo de alguno de los sistemas que la nube siga funcionando correctamente.
Finalmente esta estructura permitiría agregar nuevos equipos a la red de una manera sencilla, ya que tras una breve configuración, el administrador de la nube reconocería el nuevo servidor y actualizaría sus capacidades. Este concepto explicado anteriormente recibe el nombre de nube privada.
Esta misma idea es la que se lleva a la nube pública, donde estos servicios de máquinas virtuales se ponen a disposición de los clientes de manera abierta en internet, con lo cual, nuestra aplicación se ejecuta en un entorno protegido (como es el caso de Azure) y se accede a un almacenamiento de datos también aislado.
Conclusiones
Todas las soluciones mencionadas anteriormente se siguen empleando por empresas a lo largo del globo, ya que existen diferentes necesidades de capacidad, o de asignación de recursos. Espero que quede más claro por qué la nube representa un avance, al menos tanto como me quedó a mí.
Agradecimientos a Javier Albert por la información y la revisión del artículo.