Tres aprendizajes de mi camino a la media maratón

El pasado 23 de octubre cumplí el sueño de terminar una media maratón. Un sueño que empezó ocho años antes cuando me inscribí en mi primera carrera popular y que me ha hecho andar varios cientos de kilómetros hasta llegar, por fin, a la meta en Valencia.

Este viaje está lleno de aprendizajes, así que, antes de cerrar el año que me ha dado mi primera 21k, quería compartir algunas ideas que han ido cogiendo forma a lo largo de estos años.

Cada KM es más sencillo que el anterior, y hay que andarlos

Recuerdo que cuando empecé a correr, simplemente intentaba hacer unos metros más cada día, de esa manera pasar de pocos metros a tres o cuatro kilómetros fue un proceso de semanas, para volver a hacer 10 km sin parar fueron meses, y para la media maratón han sido años.

La única manera de correr carreras de larga distancia es… corriendo largas distancias. No hace falta levantarse a las 5 de la mañana para salir a correr, pero requiere disciplina, centrarse, y andar los kilómetros. A lo largo de un año pasamos más tiempo entrenando en solitario que participando en carreras, así que la única manera de disfrutar la carrera es disfrutar del entrenamiento.

Los accesorios vienen después

Para poder ser runner tienes que tener las últimas zapatillas, unas mallas aerodinámicas, el reloj con tres tipos de GPS, la banda en el pecho para medir el ritmo cardiaco con precisión médica, botellas de agua y bebidas isotónicas, geles, unas gafas de sol polarizadas, una gorra, unos auriculares con cancelación de ruido, y no hablemos de los accesorios de invierno.

O no

Los kilómetros que mencionaba antes los hice con unas zapatillas que tenía desde la universidad, y solo tras descubrir que poner un pie delante del otro durante horas era algo que me llenaba, me vi con fuerzas para gastarme el dinero en unas buenas zapatillas que me durarían varios años.

Sí que he tenido un par de arrancadas en falso en cuanto a relojes con GPS, pero desde 2015 mi Garmin Forerunner 235 me acompaña a todas mis aventuras sin que tenga intención de cambiarlo a corto plazo.

Es fácil caer en la tentación de intentar comprar todo lo que creemos necesitar para ser corredores «de verdad», aunque solamente necesitemos un par de zapatillas cómodas, un reloj, una manera de medir distancia, unos pantalones y una camiseta.

La técnica, paso a paso

Tras años de hacer kilómetros sin técnica y objetivo, sí que he encontrado cierta mejoría cuando me he sentado y he aprendido técnicas y metodologías, aunque todo a su debido tiempo. Por una parte he aprendido a entrenar de manera más inteligente, siguiendo programas de entrenamiento como el de Hal Higdon
o siguiendo en redes sociales a entrenadores como Amanda Brooks.

Estar expuesto a buenas técnicas me ha enseñado la importancia de entrenar despacio, reducir el riesgo de lesiones, cuidar la alimentación especialmente los días previos a una carrera, y en general entender mejor cómo funciona mi cuerpo cuando lo someto a cierto nivel de estrés.

En resumen, si este año que entra te pones como objetivo correr alguna distancia, estos son mis tres consejos, primero empezar a trotar en dirección a ninguna parte, luego, si vemos que esto nos da vida, hacernos con unas buenas zapatillas y alguna manera de saber por donde vamos, y finalmente empezar un plan de entrenamiento y repasar nuestra técnica.

Felices fiestas y felices KM (o millas).

Autor: Roberto Luis Bisbé

Software Developer, Computer Engineer

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.